En la constante búsqueda de preguntas, para después llegar a respuestas.

lunes, agosto 13, 2007


MANHATTAN

Dice Woody Allen que lo que lo separa de los grandes maestros del cine es nunca haber hecho una obra maestra. Afirmación que carece de sentido al volver a ver esta genial comedia en la que conviven, a la perfección, la alegría de vivir y el pesimismo a ultranza. Una oda del director a sus máximos amores: Nueva York y Diane Keaton, que perdura por la resonancia de sus principales temas: la muerte y el amor.

1 comentario:

La Maldo dijo...

gracias por pasar julio..
nos etsaremos leyendo =)